Manolete, álbum inédito (XIII)
Colección José Antonio Bejarano

Manolete está elegantísimo con un traje blanco cruzado que nos deja en la retina un aroma a estrella de Hollywood. Más que un torero español de los terribles años cuarenta, parece el nuevo descubrimiento de los estudios de la Universal. Lo que está al fondo no es un decorado, es su residencia en Córdoba, que compró en 1942. Había pertenecido al escritor José Ortega Munilla, padre de José Ortega y Gasset, ese filósofo que confunden con dos personas. Luego fue subastado y adquirido por la familia Cruz Conde y se cuenta que Su Majestad el Rey Alfonso XIII durmió en una de sus habitaciones.
Manolete no lo estrena como vivienda hasta 1943, cuando hace unas reformas y acondiciona el patio y la cochera. Situado en el número 10 de la calle Cervantes fue vendido, andado el tiempo, por sesenta millones de pesetas en 1998 a la empresa constructora Marín-Hillinger S. L., que gastó unos ocenta millones de pesetas en su restauración. A pesar del paso del tiempo, en lo que fue su despacho se pudieron reunir algunos óleos y carteles que quedaron en el inmueble junto al capricho del diestro: un frigorífico importado de los Estados Unidos. 
Un martes 11 de julio de 1944 posa el diestro con la mirada perdida en el horizonte. No sabemos el motivo de la instantánea, pero ha quedado para la posteridad su palacete, su rostro sereno y la sensación real de que estamos ante un triunfador tanto en los ruedos como en la vida cotidiana, y muy dura vida en la larguísima posguerra española. Pero sabemos que el 24 de mayo de ese mismo año también posó ante su flamante propiedad en una imagen que lleva pegado al papel fotográfico todo su encanto. Texto: Fernando Martínez