Sí, ese señor que ven por los suelos después de sufrir una tremenda voltereta es Manuel Rodríguez Sánchez Manolete. Los ídolos también pasan situaciones comprometidas. Por eso mismo su imagen de mitos con vida propia se refuerza, porque de vez en cuando muestran sus debilidades al resto de los mortales. Allí, a merced del toro, metido en los vuelos del capote y sin poder atinar dónde se encuentran los pitones del toro se crean los mitos. Y si un buen día el mito muere en la plaza, ya tenemos la historia completa: la leyenda.
Un lunes 26 de abril de 1943 Manolete se ajusta el capote de paseo en el patio de cuadrillas de La Monumental de Barcelona. Las ilusiones son las mimas, al igual que las precauciones. Francisco Sebastián, el fotógrafo autor de esta instantánea, se coloca en el burladero de la prensa gráfica. Se lidian toros de Pinohermoso y le acompañan en el cartel Juanito Belmonte y Juan Mari Pérez Tabernero. Todo a pedir de boca, pero en una fracción de segundo el edificio se viene abajo. Manolete por los suelos, el capote dibuja una extraña revolera en el aire, el público con la boca abierta... Todo ha sido un susto, afortunadamente. Texto: Fernando Martínez
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